lunes, 11 de junio de 2012

Sólo se conoce aquello que se domestica







Mi vida siempre ha sido monótona, siempre cazando gallinas. Me aburría pasar los días así.


Desde que el Principito me domesticó, mi vida se llenó de luz y no volví a ser aquel zorro aburrido, apagado. Le rogué una y otra vez "¡domestícame, por favor!", y luego le conté mi secreto: Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos


El Principito se fue, y necesito volver a verlo, rescatarlo.

¿dónde estará?

¡Necesito encontralo! 


Pero solo no puedo...

No hay comentarios: